Un reciente estudio realizado en el Reino Unido a 80.000 personas ha demostrado que trabajar de pie no reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular ni compensa los efectos nocivos del sedentarismo. Para obtener beneficios reales, las personas deben incorporar movimiento activo durante la jornada laboral.
La moda de trabajar de pie y sus limitaciones
En los últimos años, muchas empresas han sustituido las mesas tradicionales por mesas altas o ajustables en altura, siguiendo una tendencia que alaba los beneficios de trabajar de pie. Sin embargo, según Santiago González, presidente de la Asociación de Especialistas en Prevención y Salud Laboral (AEPSAL), esta práctica no siempre se implementa de manera correcta. “Muchas veces se elige la mesa por estética o precio, pero no por funcionalidad. Esto puede derivar en posturas antiergonómicas, como una pantalla a mala altura o una posición incorrecta del teclado, que perjudican más que benefician”, explica.
Estudios recientes desmienten los beneficios
Dos estudios recientes han cuestionado los beneficios de trabajar de pie en el ámbito de la salud cardiovascular:
- Un estudio publicado en la revista científica Circulation concluyó que alternar entre estar sentado y de pie no reduce la presión arterial.
- Otro estudio del Biobanco del Reino Unido, publicado en el International Journal of Epidemiology, encontró que trabajar de pie no disminuye el riesgo de enfermedades como el accidente cerebrovascular o la insuficiencia cardíaca. Además, permanecer de pie por más de dos horas al día puede aumentar el riesgo de varices y trombosis venosa profunda.
La clave: introducir movimiento durante la jornada laboral
Según Matthew N. Ahmadi, investigador de la Universidad de Sydney, cambiar de posición de sentado a de pie no es suficiente. «Para mejorar la salud cardiovascular, debemos realizar actividades que involucren el sistema cardiovascular, como caminar o moverse de manera activa», señala.
Pequeñas acciones, grandes beneficios
Estudios recientes destacan que incluso ráfagas de un minuto de ejercicio intenso durante la jornada pueden reducir significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas y la mortalidad en general. Luis Rodríguez Padial, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), recomienda «intercalar pequeños episodios de movimiento, como caminar mientras se atiende una llamada o subir escaleras». Estas acciones simples cortan con el sedentarismo y aportan beneficios tanto para el corazón como para la circulación.
El movimiento como base de la salud
Desde AEPSAL, Santiago González destaca que tanto estar mucho tiempo sentado como estar de pie sin moverse pueden ocasionar problemas circulatorios, como pesadez en las piernas, varices o incluso trombosis. “Las venas necesitan el movimiento muscular para impulsar la sangre hacia el corazón. Si estamos quietos, ya sea sentados o de pie, aumentamos los riesgos para la salud”, advierte.
Si trabajas de pie, González recomienda realizar pequeños movimientos en el puesto de trabajo, como ponerse de puntillas o alternar el peso del cuerpo entre una pierna y la otra. “El cuerpo está diseñado para moverse, y el movimiento es la clave para prevenir problemas de salud”, concluye.