La obesidad tiene memoria: un hallazgo que explica el efecto yoyó

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Descubre cómo la obesidad deja una huella epigenética en las células grasas, predisponiendo al efecto rebote tras perder peso y abriendo nuevas vías para tratamientos.

La memoria de la obesidad: un fenómeno epigenético

La obesidad no solo afecta al peso corporal, sino que deja una marca duradera en el organismo. Un estudio publicado en la revista Nature ha identificado cambios epigenéticos en los adipocitos (células grasas) que persisten incluso después de la pérdida de peso. Estos cambios predisponen al cuerpo a recuperar rápidamente la grasa perdida, explicando el temido efecto yoyó.

Según Ferdinand von Meyenn, autor principal de la investigación, esta memoria epigenética no es una cuestión de falta de voluntad o esfuerzo: es un fenómeno biológico subyacente que influye en la tendencia a recuperar peso.

¿Cómo funciona la memoria epigenética?

El papel del epigenoma:

El epigenoma regula la actividad de los genes mediante sustancias químicas que se adhieren al ADN. Estos cambios actúan como «interruptores» que encienden o apagan genes sin alterar su secuencia. Durante la obesidad, ciertos genes relacionados con la inflamación y el metabolismo quedan activados o desactivados de manera inadecuada, y estos cambios persisten incluso tras la pérdida de peso.

Evidencia en humanos y animales:

  • Células humanas: Los estudios revelaron una desregulación de genes en los adipocitos, que persistía después de perder peso.
  • Ratones: Los modelos animales mostraron alteraciones epigenéticas similares, confirmando que estas modificaciones están relacionadas con la memoria de la obesidad.

Implicaciones del hallazgo

Efecto rebote:

La memoria epigenética predispone a los adipocitos a recuperar peso con mayor eficiencia cuando se vuelve a una dieta alta en calorías. Este fenómeno no es el único responsable del efecto yoyó, pero contribuye significativamente.

Duración de la memoria obesogénica:

  • En humanos, las alteraciones epigenéticas pueden persistir hasta dos años tras una cirugía bariátrica.
  • En ratones, estos cambios duran al menos ocho semanas.
    La duración exacta depende de la renovación celular, ya que los adipocitos tienen una vida media de 10 años.

¿Es posible borrar la memoria epigenética?

Aunque actualmente no existen tratamientos específicos para eliminar esta memoria, el hallazgo abre la puerta a nuevas estrategias:

  • Terapias farmacológicas: Algunas ya usadas en oncología podrían dirigirse a las enzimas responsables de los cambios epigenéticos.
  • Intervenciones dietéticas: Incorporar alimentos funcionales que influyan en el epigenoma podría ser una vía prometedora.
  • Edición epigenética: Técnicas emergentes podrían «reiniciar» la memoria de las células grasas.

Perspectivas futuras y desafíos

Reducción del estigma:

El estudio refuerza la idea de que la obesidad no es solo una cuestión de comportamiento, sino una enfermedad crónica con bases biológicas complejas.

Tratamientos personalizados:

En el futuro, los perfiles genéticos y epigenéticos podrían usarse para diseñar estrategias individualizadas de control del peso.

Prevención temprana:

Evitar el establecimiento de la memoria obesogénica mediante políticas de salud pública podría ser clave para combatir la obesidad.

Este avance en la comprensión de la obesidad y su memoria epigenética representa un paso importante hacia tratamientos más efectivos y personalizados. Aunque se requieren más investigaciones, estas nuevas perspectivas ofrecen esperanza para quienes luchan contra una enfermedad tan compleja como persistente.

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