Hígado graso y alcohol: cómo evitar complicaciones graves

Hígado graso

Descubre cómo el consumo de alcohol, incluida la cerveza, puede influir en el desarrollo del hígado graso y qué medidas tomar para prevenir y tratar esta condición.

Relación entre hígado graso y consumo de alcohol

La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que, en 2019, el alcohol fue responsable de más de 2.6 millones de muertes en todo el mundo. Dentro de las enfermedades relacionadas, el hígado graso es una de las más comunes y con graves consecuencias si no se aborda a tiempo. Este artículo analiza la relación entre el consumo de alcohol y el hígado graso, y por qué reducir o eliminar su consumo es clave para prevenir esta enfermedad.

¿Qué es el hígado graso?

El hígado graso, o esteatosis hepática, es la acumulación de grasa en el hígado. Aunque suele ser asintomático al inicio, con el tiempo dificulta el correcto funcionamiento de este órgano, que cumple funciones vitales como la desintoxicación de sustancias en la sangre y la regulación del metabolismo. Cuando el porcentaje de grasa en el hígado supera el 5-10%, se considera hígado graso.

Existen dos tipos de hígado graso:

  • Hígado graso no alcohólico (NAFLD): asociado a factores como la obesidad y el estilo de vida sedentario.
  • Hígado graso alcohólico (ALD): causado por el consumo excesivo de alcohol, que puede llevar a complicaciones graves como hepatitis alcohólica o cirrosis.

Factores de riesgo para desarrollar hígado graso

Los factores que aumentan el riesgo de padecer hígado graso incluyen:

  • Consumo excesivo de alcohol
  • Obesidad y mala alimentación
  • Hepatitis viral crónica
  • Edad avanzada y antecedentes familiares
  • Niveles elevados de triglicéridos y colesterol

La falta de un estilo de vida saludable y el consumo de alcohol son factores de riesgo tanto para el hígado graso alcohólico como para el no alcohólico.

¿Cómo prevenir el hígado graso?

La prevención del hígado graso implica adoptar un estilo de vida saludable, que incluye:

  • Eliminar o reducir el consumo de alcohol: Evitar bebidas como la cerveza y otras con alto contenido alcohólico ayuda a prevenir el daño hepático.
  • Controlar el peso y la alimentación: Llevar una dieta equilibrada y baja en grasas.
  • Evitar el sedentarismo: La actividad física ayuda a reducir la grasa en el cuerpo, incluyendo la del hígado.
  • Monitoreo médico regular: Realizar análisis de sangre y controles médicos para detectar a tiempo cualquier problema hepático.

¿Cuándo consultar a un especialista?

Tanto el hígado graso no alcohólico como el alcohólico suelen ser enfermedades silenciosas, y los síntomas aparecen en etapas avanzadas. Por eso, quienes tengan factores de riesgo, como obesidad o diabetes, deben realizar controles médicos regulares para detectar la enfermedad a tiempo y evitar complicaciones.

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