El paciente es dueño de sus datos y no lo sabe

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Nuestro sistema de salud genera gran cantidad de información que es difícil y sobre todo muy complejo de organizar. Es uno de los ministerios donde el papel no acaba de extinguirse es prácticamente imposible. Y eso que organizar nuestros diagnósticos y ponerlos en común para que desde cualquier sistema de salud puedan consultarse no es tarea fácil. Desde un punto de vista médico y farmaceútico parece que sería idóneo, se ahorraría en pruebas diagnósticas, medicinas…etc.

Así las cosas, no se debe pasar por alto la Ley de Protección de Datos, donde en mi opinión es discutible después de la lectura del artículo al que hacemos referencia a continuación. En cuanto a las empresa privadas que gestionan estos datos, si todo se unifica en una sola, dejarían de ser, digamos «rentables».

«En la atención sanitaria del futuro será clave gestionar de forma eficiente y en tiempo real la descomunal cantidad de información que genera nuestro sistema de salud. Se trata de acercar el dato al médico y al farmacéutico, permitir que fluya entre áreas y entre territorios y utilizarlo como instrumento para mejorar la relación con el paciente, ahorrarle esperas, precisar el diagnóstico, evitar tratamientos innecesarios e incluso abaratar sus pólizas de seguro. Este es el asunto que aborda el Observatorio de E-Salud organizado junto al Banco Sabadell e INNOVADORES.

Antonio Morrajas, cofundador de Mediadd: El modelo actual de gestión de la enfermedad no está basado en los resultados en salud, sino en el diagnóstico al paciente, al que se receta una solución y si no va bien se busca otra. ¿Por qué no analizamos con datos la evolución de la salud del paciente durante el tratamiento? E incluso un paso más allá: Si detectamos una mejora, una reducción de dosis es una eficiencia para el propio sistema que además permite tratar a otros pacientes.

Juan Tatay, director de Kanteron Systems: El diagnóstico, que debe ser preciso, se puede enriquecer con bases de datos sobre la interacción de genes y medicamentos. Una vez disponemos del diagnóstico preciso la siguiente fase es la farmacogenómica.

Hay una oportunidad de ahorrar en tratamientos inadecuados, que no sólo es ahorrar costes, sino también el maltrato al paciente. Uno de los casos más significativos es el cáncer de pecho: si te equivocas en el tratamiento, aparte de machacar a la paciente, has de volver a tratarla. Eso, con una secuenciación genómica, se podría haber determinado de entrada y haber acertado con el medicamento.»

(…)

En algunas comunidades hay hasta seis sistemas de información diferentes en los hospitales públicos. Están desarrollados por empresas, tecnológicamente muy potentes, pero orientadas hacia la gestión de procesos, no de enfermedades.

 En EEUU todo es mucho más democrático. Funciona más pro-paciente, la información es del paciente y por tanto la comparte con el médico con el que quiere tener la segunda opinión médica.

La información aquí es del paciente, lo que pasa es que no lo sabe. Desde un punto de productividad científica, quien explota la información es el médico

Fuente: www.elmundo.es

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