El consumo de alimentos ultraprocesados se ha convertido en una práctica habitual de nuestra sociedad, sin embargo, pueden llegar a ser altamente perjudiciales para la salud. Por eso, DKV analiza el consumo de estos alimentos y sus consecuencias.
El auge de los productos ultraprocesados ha aumentado significativamente en los últimos 150 años, trayendo consigo alimentos más ricos en sodio, pero con un alto contenido en azúcares añadidos y grasas saturadas. La sal es un alimento indispensable para el organismo, pero su consumo en exceso podría ocasionar la muerte. A lo largo de la historia ha sido uno de los principales conservantes y saborizantes, a la vez que es una fuente importante de sodio, pero se atribuye a su consumo excesivo y puede originar problemas de salud. Se estima que entre el 70 y el 75% del sodio que se consume procede de los alimentos procesados.
Tal y como recoge el Manifiesto «Por un consumo responsable de la sal», en el que han participado DKV y el precursor del movimiento realfooding, Carlos Ríos, este tipo de alimentos contiene grandes cantidades de sal y su consumo excesivo está relacionado con la aparición de enfermedades cardiovasculares o hipertensión. De hecho, en España padecen hipertensión once millones de personas y un 50% de ellos la sufren a partir de los 55 años.
El grupo de enfermedades cardiovasculares es el que más muertes notifica al año en nuestro país y en el resto del mundo. Los ultraprocesados constituyen el 50% de la ingesta total energética de todos los países occidentales. En España, las cifras invitan al optimismo al registrar una leve mejora, que se sitúa en torno al 24 y 32%.
Fuente: www.eleconomista.es