¿Cómo puedo mantener a mis hijos seguros durante el verano?

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Repasamos algunos de los trucos para que los niños disfruten del verano sin riesgos.

 

El titular suena un tanto apocalíptico pero no hace falta alarmarse. No creo que vaya a decir nada que ya no sepamos, si acaso algún detalle extra para hacer del verano uno más cómodo para todos – y seguro, qué remedio -, siendo este uno marcado por una pandemia histórica que hace menos de un mes nos tenía encerrados en casa. Porque la pandemia sigue allí, aunque el bamboleo de cifras dadas por el gobierno haya desatado la brújula de la inseguridad y ya no sepamos distinguir lo real de lo ficticio, hasta el punto de que no estamos del todo convencidos de saber en qué mundo vivimos con exactitud. Una de las preocupaciones más valoradas por los españoles en lo que respecta a este verano es precisamente la de que sus hijos disfruten de las vacaciones en un ambiente agradable, relajado y seguro. Y es posible, aunque quizás haya que hacer algún esfuerzo extra. Aquí van algunos consejos.

Serán superhéroes

Mascarilla. Obligatoria, sin dudarlo, en espacios públicos. Para los niños puede suponer un accesorio un tanto agobiante con el calor, pero deben entender que son necesarias, no solo para ellos, sino para mantener a salvo a quienes les rodean, en especial a los abuelos. La mascarilla podría ser, para un niño, la capa blindada de Batman, algo así, un accesorio indispensable en la vida del superhéroe – o superheroína para ellas – del siglo XXI. Y yo ya no soy niño pero habría dado la mitad de mis tebeos por haber sido un superhéroe. Un superhéroe que también se asea cada vez que regresa a su guarida, se lava las manos y la cara, esto es indispensable, solo Dios sabrá que malignos productos químicos habrán utilizado sus enemigos para intentar derrotarle.

Al viejo estilo de Guido Orefice en La vida es bella, aunque sin tanto terror en nuestro entorno, explicar a un niño la importancia de sus actos de forma que lo entienda, quizás sea una de las maneras más sensatas de incorporarlos al mundo real desde su perspectiva. Responder las dudas pertinentes, abrirse a ellos, es una de las asignaturas que los padres tienen pendientes para este verano.

Para que el niño se sienta seguro pero controlando a su vez que cumple con su promesa de superhéroe, no es mala idea pasar los primeros días de vacaciones más atentos a sus movimientos. Nosotros somos para ellos como Alfred, el mayordomo de Batman. Siempre vigilantes en la sombra, aunque sin intervenir si no es necesario, procuramos que nuestro superhéroe – o superheroína – cumplan con su misión de salvar al mundo sin sufrir un solo rasguño. Manteniendo la diversión del verano candente pero sin desprenderse de lo importante.

Siguiendo la línea del superhéroe, en realidad cualquier figura es buena para motivar a los niños. Un personaje de su película favorita o incluso alguien a quién no conozcan y les podamos presentar. Podríamos contarles la historia de Maurice Hilleman, un virólogo estadounidense que en la primavera de 1957 reconoció un brote pandémico en Hong Kong y rápidamente desarrolló una vacuna, hasta el punto de que consiguió producir 40 millones de dosis antes de que llegase a los Estados Unidos. Un referente, aunque seamos nosotros mismos, es de vital importancia para mantener alta la motivación de los hijos.

Una actitud positiva

Conseguir una actitud positiva, especialmente cuando los niños están más cansados de esta situación, es otra de las claves para el verano. La mejor forma de conseguir esta actitud es, siempre con los pies en la tierra, animarles a llevar la mente al cielo. Que sueñen y que imaginen. Que lean libros y vean buenas películas. Que viajen a un mundo sin mascarillas, o a uno peor, incluso, donde puedan encontrarse con los héroes que ahora representan. En ocasiones nos preocupamos hasta tal punto por la salud física que olvidamos que la mental es igual de importante, y para que un niño mantenga el ánimo vigoroso es necesario mantener ese equilibrio sano entre la ficción y la realidad.

Es importante mostrar una postura abierta frente al misterio. A día de hoy ocurren muchas cosas en el mundo que los niños no comprenden – ni nosotros -, y al no comprender, se agobian, comenzando una cadena de sentimientos muy negativos para mantener vivo el espíritu del verano. Podemos empezar por nosotros mismos a la hora de considerar el misterio no como algo amenazador y negativo, sino como un elemento más de la vida que en ocasiones puede incluso llegar a ser divertido. Descifrar el lenguaje de las estrellas las noches despejadas, responder a sus dudas de forma que ellos mismos encuentren la respuesta, abrir los horizontes del mundo y las costumbres que lo integran, cada pedazo de tierra desconocida abre una multitud de excitantes posibilidades y los niños harían bien en saberlo.

En resumen, ¿qué podemos hacer para que nuestros hijos estén seguros? En primer lugar, dejar que sean ellos quienes nos protejan con sus mascarillas de superhéroe, y que siempre estén motivados para hacer lo correcto. Que disfruten de su imaginación bulliciosa y aprendan a aceptar el miedo y el misterio. Quizás este sea el verano no solo para disfrutar de España al máximo, sino también para disfrutar con los hijos. Podría ser que tengan algo que enseñarnos.

Fuente: larazon.es

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