Desde hace tiempo, se ha observado que uno de los efectos positivos de la restricción calórica se produce porque protege a las mitocondrias, las centrales energéticas de las células, de la oxidación.
Existe una recomendación de salud tradicional china, conocida como hara hachi bu, que consiste, más o menos, en comer solo hasta que se esté lleno al 80 %. Aunque solo sea por casualidad, esta tradición milenaria parece tener respaldo en la ciencia.
Demostrado: comer menos alarga la vida
Comer menos alarga la vida, al menos para los parientes más próximos que tenemos los humanos, los monos. Esta es la conclusión a la que se ha llegado de forma consensuada por varios equipos investigadores y que la prestigiosa web Nature Communications ha publicado recientemente.
Los estudios han sido realizados sobre un total de 200 monos a lo largo de varios años y todos los equipos consideran que la restricción calórica tiene un impacto positivo tanto en la salud como en la supervivencia de los primates no humanos. Este consenso se ha conseguido después de varios años de controversias tras los resultados dispares de dos estudios realizados por distintos investigadores.
El primer motivo de la disparidad fue que los animales de los dos estudios siguieron una dieta hipocalórica en edades diferentes. El análisis comparativo revela que comer menos es beneficioso en primates adultos y mayores, pero no lo es para los animales más jóvenes. Esto es un importante hallazgo con respecto a los estudios en roedores, en los que los beneficios de una dieta restrictiva son superiores cuanto antes se empieza.
Otras diferencias se dieron en las condiciones de las investigaciones en cuanto alimentación y edades que dieron lugar a distintas conclusiones, que de alguna manera invalidaban la hipótesis inicial de trabajo, al no confirmarse en todos los casos.
“Los efectos para la salud son indudables, la restricción calórica protege contra los problemas cardiovasculares, la neurodegeneración, la diabetes y el cáncer, incluso la diferencia en el aspecto físico es alucinante”, ha declarado el biólogo español Rafael de Cabo, investigador del NIA y uno de los autores principales del estudio, publicado en Nature Communications.
“Lo que comes y cuánto comes influye mucho en cómo envejeces”, resume Rozalyn Anderson, del equipo de la Universidad de Wisconsin. “Aquí tenemos una intervención que retrasa el envejecimiento en primates y, dado lo emparentados que estamos evolutivamente con ellos, probablemente lo mismo es cierto para los humanos”, añade Rafael de Cabo.
Fuente:www.fiatc.es