Desmitificando los trastornos de la conducta alimentaria.
Desde el inicio de la pandemia, la prevalencia de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) ha experimentado un aumento del 30%, afectando incluso a edades más tempranas. El aislamiento social y el incremento del uso de redes sociales han sido factores detonantes, fomentando la aparición de nuevos trastornos y exacerbando otros ya existentes.
Para muchos, los TCA actúan como un salvavidas en medio de la incertidumbre, proporcionando una falsa sensación de control sobre la comida, el ejercicio y el cuerpo. Sin embargo, detrás de esta aparente estabilidad se esconden graves riesgos para la salud mental y física.
Según la Dra. Marina Díaz Marsá, presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría y experta en TCA, la mortalidad asociada a estos trastornos es alarmante, con un alto porcentaje de pacientes que terminan en suicidio o con intentos de autolesión.
A pesar del mayor conocimiento que se tiene sobre los TCA, persisten numerosos mitos que dificultan la detección y el tratamiento adecuado. Aquí desmentimos cinco de ellos:
- Los pacientes con TCA están en infrapeso: Contrario a la creencia popular, solo un pequeño porcentaje de personas con TCA presentan un peso corporal bajo. Esto dificulta su identificación y tratamiento, ya que muchas personas afectadas no cumplen con el estereotipo del cuerpo extremadamente delgado.
- Los TCA solo afectan a mujeres: Aunque las mujeres son más propensas a desarrollar TCA, los hombres también pueden verse afectados. Sin embargo, el estigma social a menudo impide que los hombres busquen ayuda, prolongando su sufrimiento.
- Si tienes un TCA es porque quieres: Los TCA tienen causas multifactoriales y no son una elección consciente de la persona afectada. Factores genéticos, ambientales y psicológicos contribuyen a su desarrollo, y nadie enferma por voluntad propia.
- Son enfermedades exclusivas de adolescentes: Si bien los TCA suelen manifestarse durante la adolescencia, pueden afectar a personas de todas las edades. Además, cada vez se observa un inicio más temprano de estos trastornos, lo que subraya la importancia de la detección precoz.
- Las dietas estrictas y de moda no son peligrosas: Aunque las dietas restrictivas no son la causa directa de los TCA, pueden desencadenar su aparición en personas vulnerables. Es fundamental promover hábitos alimenticios saludables y evitar la obsesión por el peso y la imagen corporal.
Los trastornos de la conducta alimentaria no discriminan por edad, sexo, etnia o nivel socioeconómico. En estas fechas especialmente complicadas, es crucial sensibilizar sobre estos problemas y fomentar un ambiente de comprensión y apoyo.