Los recientes acontecimientos sociales tales como la pandemia, entre otros, han aumentado la cantidad de personas que han decidido pagar un seguro de salud privado.
Uno de cada cuatro ciudadanos tiene un seguro médico privado. Una cifra que no ha dejado de crecer desde hace más de una década, según los datos que ha compartido a Newtral.es la patronal del sector Unespa. La pandemia del coronavirus no hizo más que aumentar el ritmo y entre 2019 y 2021 (año de los últimos registros disponibles) la contratación de pólizas aumentó un 9%, un incremento más rápido que el que venían registrando hasta entonces.
La Comunidad de Madrid lidera el ranking y es la región donde se contratan más seguros médicos privados. El 38,11% de su población tiene un contrato privado de salud. Le siguen Cataluña (32,82%) y Baleares (30,10%). Muy por detrás están el resto de comunidades autónomas que superan por poco el 20% de su población con una póliza privada.
Aumento de seguros médicos: Desde 2019 hasta 2021 se contrataron un millón de seguros de salud privada
Los seguros privados de salud de prestación de servicio, diferentes a los servicios de subsidios por accidente o enfermedad que están enfocados a los trabajadores autónomos (que pagan solo si están enfermos con una baja médica), son los que permiten al paciente ir al médico de cabecera, al especialista o someterse a intervenciones en un centro privado.
Los datos de la patronal hacen referencia a este tipo de pólizas y muestran el aumento de seguros médicos. En concreto, en la última década el número de personas que cuentan con aseguramiento privado se ha incrementado en más de dos millones de personas: desde las 8,2 millones que había en 2011 hasta las 11,5 millones en 2021. Es decir, los últimos datos de Unespa disponibles muestran que uno de cada cuatro españoles paga para ir al médico.
La tendencia, siempre al alza desde 2011, tomó ritmo durante la pandemia cuando la saturación de la sanidad pública, la atención primaria al borde del colapso y la hospitalaria ocupada solo de los casos más graves de pacientes con coronavirus provocó que muchas personas decidieran complementar la asistencia sanitaria pública con pólizas privadas. «La manera de evitar esas largas listas de espera para citas de atención primaria, tratamientos o pruebas diagnósticas que los ciudadanos encontraron [durante la pandemia] fue la contratación de seguros privados», explica David Cantarero, profesor de Economía de la Universidad de Cantabria.
En 2019 el 22,5% de la población (10,6 millones de personas) tenía un seguro privado. En 2022, el 24,4% (11,5 millones). Es decir, en dos años hay un millón más de personas con seguro privado. Hasta entonces, los incrementos habían sido de máximo un punto porcentual, unos 300.000 seguros privados más cada año.
El aumento de las listas de espera impulsa la contratación de pólizas, como ocurrió en 2008
No es la primera vez que ocurre. En la crisis del 2008 la contratación de pólizas también subió a pesar de la caída de las rentas familiares, como recuerda Pedro Arcos, médico especialista en medicina preventiva y salud pública y profesor de la Universidad de Oviedo. Este incremento lo impulsó el aumento de las listas de espera. Aquella crisis fue económica y no sanitaria y resultó en la infrafinanciación de la sanidad pública y, por tanto, en la percepción negativa de los servicios públicos.
“Desde el 2008 hay una pérdida mantenida y continuada de profesionales sanitarios y de la tasa de reposición de personal, por tanto, cuando llega la pandemia doce años después, el sistema de salud público acumulaba años de pérdidas que todavía no se han recuperado”, explica Arcos.
Las largas listas de espera y el retraso en el diagnóstico de los tratamientos se debe a que desde el 2008 hay una pérdida de recursos mantenida. “La demanda de asistencia aumenta mientras la capacidad asistencial disminuye, una situación que acaba por reventar con una pandemia mundial en 2019”, insiste.
Unespa recuerda que la tendencia al alza de los seguros de salud se explica, además, por otras razones. Uno de los fenómenos que impulsa su contratación es su “creciente aceptación como mecanismo de pago en especie”. Muchas empresas han incorporado el seguro de salud para sus trabajadores como retribución complementaria, como los tickets restaurante.
Los funcionarios mantienen e incrementan la tendencia al alza
Otro de los motivos que según la patronal justifica el aumento continuado del sector de los seguros médicos privados son los funcionarios. Los trabajadores públicos pueden elegir entre el servicio de sanidad pública o privado a través de mutuas financiadas con fondos públicos. Y la mayoría de funcionarios se decantan cada año por la privada.
La principal es la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (MUFACE), pero también están el Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS) y la Mutualidad General de la Judicatura (Mugeju), que atienden a los militares y al personal del sistema judicial, respectivamente.
Según los datos de la patronal, más de 2 millones de trabajadores públicos son atendidos por algunas de estas mutuas. En concreto, MUFACE atiende a 1.499.451 personas (1.038.253 titulares mutualistas y a 461.198 beneficiarios), ISFAS a 572.583 y Mugeju a 92.654 funcionarios judiciales. Todos son datos hasta 2021.
Los ciudadanos de la Comunidad de Madrid son los que más seguros contratan, pero es Cantabria la que experimenta un mayor incremento
Incluso teniendo en cuenta que la coyuntura de crisis sanitaria impulsó la contratación de seguros privados en todo el país, la Comunidad de Madrid es la región con mayor proporción de pólizas. No obstante, aunque lleva acumulando cifras por encima de la media nacional desde hace una década, durante los años de la pandemia no fue la que registró un mayor aumento. Fue Cantabria, que pulveriza todos los registros aunque parte de cifras mucho más bajas.
La comunidad autónoma que gobierna Miguel Ángel Revilla registró un descenso de asegurados desde los 87.909 en 2011 hasta los 30.687 en 2017, de ahí la cifra pegó un salto hasta los 75.121 en 2021: un 103%.
El aumento de seguros médicos privados, una decisión política
Para Arcos, la decisión es política. Las opciones son dos: mantener unos estándares de calidad del sistema sanitario público o decidir que no se pueden pagar y sustituirlos por conciertos privados. Es lo que está ocurriendo en Cataluña, Baleares o en la Comunidad de Madrid, por ejemplo. “Si esta decisión se deja a la inercia y no a una estrategia de medio y largo plazo, se termina concertando con la privada determinados procedimientos y modificando por tanto la naturaleza del sistema”, indica el médico.
Para el experto, el cambio de la estructura del sistema ya está pasando. “La financiación del servicio, actualmente y cada vez más, es pública pero de provisión privada creciente”, relata. “Podría parecer un tema simplemente operativo, pero en realidad se está dando poder de negociación a las empresas privadas, lo que llevará a un cambio de paradigma del sistema si no se toman decisiones políticas para evitarlo”. Y esto, traducido, es inyectar recursos, los que sean necesarios, en el sistema público para recuperar los estándares asistenciales que existían antes de la crisis de 2008.
Asimismo, David Cantarero, el experto de la Universidad de Cantabria, indica una dificultad más. «La tendencia de que ciertas clases medias están contratando doble cobertura o seguro privado plantea cuestiones acerca de su grado de adhesión a futuras contribuciones hacías más impuestos destinados a sanidad».
Fuente: www.newtral.es